Los adventistas creen que la familia es una institución divina y que ha existido desde que se formaron los seres humanos. Este concepto ha trascendido el tiempo y está presente en muchas culturas diferentes. Por eso es innegable el bien que se deriva de formar parte de una familia equilibrada.
Por eso, el hogar debe moldearse y presentarse como el lugar más acogedor para todos los que forman parte de él. La Iglesia Adventista entiende que la familia es un laboratorio de desarrollo y descubrimiento.
Aquí se aprende a convivir con las diferencias y a amar. También se desarrolla la capacidad de respetar, valorar, compartir, ser leal y veraz. Es donde se transmiten los valores a los niños, transformándolos en lo que representan para la sociedad. En la familia, el amor debe ser compartido y las personas deben vivir en un ambiente de paz, a pesar de cualquier situación.
Hombres y mujeres, niños y jóvenes, así como personas de edad avanzada, son atendidos por los proyectos desarrollados por la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La denominación está comprometida con la calidad de vida de las familias y ofrece diversas iniciativas para conectarlas. Todo esto está vinculado a tres bases fundamentales.
Además de la Biblia, ofrece orientaciones de excelentes profesionales en la materia. Indica la práctica de conceptos presentados hace más de un siglo por la escritora Elena G. White y que siguen siendo pioneros por su claridad y coherencia en todos los aspectos relacionados con las relaciones matrimoniales, la crianza de los hijos, la salud, las finanzas y todo lo que tiene que ver con la formación de la familia.
Cree que seguir a aquel que idealizó y creó la estructura familiar es un factor fundamental para establecer el orden en lugar del caos. Y a menudo, el corazón de alguien está tan debilitado por la angustia de no tener paz ni rumbo que sólo la fe puede orientarle y señalarle lo que realmente importa: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, empezando por los de casa.
Los asesores matrimoniales ofrecen ayuda y orientación. En el caso de familias con conflictos graves, puede ser necesaria la ayuda de un profesional. La Iglesia Adventista también ofrece información a los padres sobre cómo capacitarse mejor para ser buenos educadores de sus hijos.
La educación de calidad, que prepara para el futuro y para la eternidad, desempeña un papel especial para los adventistas, que mantienen escuelas, colegios y universidades centrados en el desarrollo armonioso de sus alumnos.
Desde hace más de siglo y medio, los adventistas promueven un estilo de vida saludable que protege el cuerpo y la mente de las enfermedades y favorece la relación con Dios.
La denominación está estrechamente vinculada a las comunidades en las que opera, y ofrece proyectos que contribuyen a reducir las desigualdades y a potenciar el desarrollo personal.
Desde la iglesia local hasta la sede mundial, conoce los niveles administrativos que trabajan para fortalecer la fe, la enseñanza de la Biblia y para apoyar distintas iniciativas dirigidas a los miembros, los vecinos y la sociedad.
Con una visión clara de su misión de proclamar la esperanza al mundo, la Iglesia Adventista tiene una identidad única basada en la Biblia. Está presente desde sus creencias fundamentales hasta sus frentes de acción elementales.