La Santa Biblia es considerada por muchos un libro esencial que proporciona diferentes enseñanzas y preceptos válidos para guiar todos los aspectos de la vida humana. El valor de la Biblia como conjunto de principios morales y espirituales significativos para el comportamiento humano es reconocido incluso por personas que no profesan la fe cristiana.
Para los adventistas del séptimo día, las Sagradas Escrituras son la primera creencia fundamental de la organización. El texto sobre esta creencia expresa que “ningún libro ha sido tan amado y venerado como la Biblia. Ha inspirado los actos más grandes y nobles de la historia de la humanidad. La singularidad de la Biblia no proviene de su incomparable influencia política, cultural y social en el mundo, sino de su fuente original y de los temas que trata”
La Biblia es una guía de enseñanzas relevantes para la vida humana. La propia historia bíblica se ha caracterizado siempre por la necesidad de transmitir enseñanzas, especialmente en el seno de la familia. Es lo que dice Deuteronomio 4:10: “El día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, el SEÑOR me dijo: ‘Reúneme al pueblo para que yo los haga oír mis palabras, las cuales aprenderán para temerme todos los días que vivan en la tierra, y para enseñarlas a sus hijos’”.
O en otro pasaje de Deuteronomio 6:6 y 7. Allí, el autor bíblico señala que “Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.”.
En el Nuevo Testamento, hay muchos textos relativos a la importancia de la enseñanza bíblica. Jesucristo, después de su resurrección, según el evangelio de Lucas 24:13-35, trató de ofrecer una especie de lección a dos de sus discípulos mientras viajaban por el camino hacia la aldea de Emaús. Se dice que les expuso lo que la Torá, los libros de los profetas y los salmos decían de él.
El apóstol Pablo, ya en el siglo I de la era cristiana, en una de sus cartas al joven pastor Timoteo, resume lo que él considera la finalidad primordial de las Sagradas Escrituras. El texto de 2 Timoteo 3:14-17 afirma que “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te has persuadido, sabiendo de quiénes lo has aprendido y que desde tu niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra.”
Los pioneros adventistas y la Biblia
En los escritos de los pioneros adventistas, la relevancia de la enseñanza bíblica también es bastante clara. El movimiento millerita, cuya inspiración precedió y proporcionó la base para la posterior formación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en el siglo XIX, en Estados Unidos, se caracteriza por un genuino interés en el estudio en profundidad de la Sagrada Biblia.
En la figura del predicador bautista William Miller es posible identificar el hábito del estudio diario de los textos bíblicos. Antiguo deísta que antes había criticado la Biblia, tuvo una experiencia con Dios a través de la práctica del estudio individual del libro que antes había despreciado.
Elena White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, hace hincapié en los beneficios intelectuales del estudio de la Biblia. Y recomienda que, para lograrlo, el libro sea estudiado para comprenderlo y adoptarlo como norma de vida. Afirma que “La Biblia es la única regla de fe y doctrina. Y no hay nada más a propósito para vigorizar la mente y fortalecer el intelecto que el estudio de la Palabra de Dios. No hay otro libro que sea tan poderoso para elevar los pensamientos y dar vigor a las facultades como las vastas y ennoblecedoras verdades de la Biblia” (La educación cristiana, p. 225).
Los adventistas del séptimo día mantienen diferentes programas sistemáticos de enseñanza bíblica. Uno de los más conocidos y completos es la Escuela Sabática, ideada en el siglo XIX. Consiste en una de las partes del culto semanal en la que los miembros e invitados de las congregaciones adventistas se reúnen en grupos más reducidos (por edades) para repasar el estudio de una guía llamada Lección de Escuela Sabática. Se trata de un material preparado para uso global que permite a las personas estudiar diariamente porciones de libros o temas bíblicos. En estas unidades didácticas, las personas también participan en programas regulares de oración, acciones solidarias y apoyo espiritual mutuo, tanto en las congregaciones como en sus hogares.
Además, la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica produce anualmente decenas de guías de estudio bíblico impresas o digitales dirigidas a diferentes grupos de edad y temas (salud, profecía, entre otros). Mantiene también una gran estructura de escuelas bíblicas en la Red Nuevo Tiempo de Comunicación, responsable del envío regular de miles de estudios y del acompañamiento de miles de alumnos.
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La educación de calidad, que prepara para el futuro y para la eternidad, desempeña un papel especial para los adventistas, que mantienen escuelas, colegios y universidades centrados en el desarrollo armonioso de sus alumnos.
Desde hace más de siglo y medio, los adventistas promueven un estilo de vida saludable que protege el cuerpo y la mente de las enfermedades y favorece la relación con Dios.
La denominación está estrechamente vinculada a las comunidades en las que opera, y ofrece proyectos que contribuyen a reducir las desigualdades y a potenciar el desarrollo personal.
Desde la iglesia local hasta la sede mundial, conoce los niveles administrativos que trabajan para fortalecer la fe, la enseñanza de la Biblia y para apoyar distintas iniciativas dirigidas a los miembros, los vecinos y la sociedad.
Con una visión clara de su misión de proclamar la esperanza al mundo, la Iglesia Adventista tiene una identidad única basada en la Biblia. Está presente desde sus creencias fundamentales hasta sus frentes de acción elementales.